
Texto por: Antonio Gutiérrez
Fotografía: Sebastián García
Nos encontramos en el Club Blondie, para ser testigos de uno de los rituales metálicos más viles del viejo Egipto, pues esta noche la banda norteamericana Nile, liderados por Karl Sanders, se presentan en una masacre de Death Metal Técnico y demoledor de la más alta factura.

Pasadas las 19:00 y en un ambiente de relativa tranquilidad, hace aparición en escena la banda Traumatic Noise, para encender los primeros fuegos de esta noche visceral. Con un sonido potente y elevado, derrochan su brutal Death Metal procedente de Rancagua, el que vienen ejecutando desde su formación en 2017.

Acto seguido, es el turno de la banda Thrash / Death santiaguina Primitivo, quienes hacen una presentación sólida, con un frontman que logra cautivar y comunicarse con un público que ya empieza a calentar. Presentan un setlist potente en base a sus dos trabajos hasta la fecha, más el cover «Control» de los poderosos Napalm Death, desatando el infernal mosh pit que no abandonaría esta jornada hasta saciar a la bestia enardecida que se abría paso en esta brutal jornada.

Toca el turno de un clásico del Death Metal chileno de quienes no hace falta mayor presentación. Nos referimos a los nacionales de Cerberus quienes entregaron una presentación impecable, en base a un setlist compuesto por cinco temas, en el que incluyeron el tema «i’m hell», muestra feroz de lo que vienen trabajando por estos días. Si bien al comienzo hubo un detalle con la entrada, debido a una saturación en el mic de caja, fue rápidamente solucionado y no alcanzó a empañar la impecable presentación de este rabioso guardián de las puertas del infierno, dejando en claro el por qué son reconocidos como una de las bandas más potentes de nuestro territorio.


A las 21:30 y como si las arenas del desierto comenzaran a descubrir aquello que no debió ser desenterrado, empiezan a sonar las melodías egipcias que no pueden significar otra cosa que la aparición de los infames Nile, que vienen presentando su disco del 2019 «Vile Nilotic Rites». Comienzan potente los primeros acordes de «Sacrifice Unto Sebek», dejando en claro que no habrá misericordia para los asistentes en esta fría noche. Le sigue inmediatamente los clásicos «Defiling the Gates of Ishtar» y «Kafir!», para dar paso a «Call to Destruction» del disco del 2015 «What Should Not Be Unearthed» y al infame «Vile Nilotic Rites» tema que da nombre a su última placa.


«In the Name of Amun», «Lashed to the Slave Stick», «Sarcophagus» y «4th Arra of Dagon» se siguen uno tras otro sin piedad. La batería machacada sin descanso por George Kollias, sufre las consecuencias de tan brutal castigo, rompiendo parche en la caja, que debe ser rápidamente reemplazada sin sufrir ningún contratiempo por eso. «Long Shadows of Dread» es el siguiente track sacado de su más reciente trabajo que los trae por estas tierras. Le siguen «The Howling of the Jinn», «Invocation of the Gate of Aat-Ankh-es-en-Amenti» para terminar como es costumbre, con su clásico «Black Seeds of Vengeance» de su disco homónimo del año 2000.





















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